Estoy enfermita.
Un simple resfriado otoñal, pero me he pasado el fin de semana en cama, viendo películas, drogándome con paracetamol e ibuprofeno y condenando a miles de árboles a muerte gracias a los clinex esparcidos a mi alrededor.
Pero, como compensación... He tenido zumo de naranja recién exprimido cada 4 horas.
He tenido leche calentita con miel cada noche antes de dormir. He disfrutado de un trozo de tarta de chocolate y otro de manzana, a la una y media del mediodía del domingo solo porque lo deseaba. Me han alimentado a base de bocadillos de jamón york y salsa a la pimienta verde, a pesar de tentarme con otros muchos deliciosos platos, porque descubrí lo buenos que estaban el viernes y eran lo único que me apetecía. Así que, en cuanto mi tripa sonaba, tenía dos sandwiches apetitosos en mi mesita de noche. Se han cancelado todas las citas del fin de semana (incluso las que tenían lugar en mi propia casa) para que yo no me incomodara. En mis horas de sueño (unas 16 al día) no se ha oído ni una mosca. Mi piso estaba limpio, mis sábanas suaves y mi ropa, calentita. He elegido yo todas las pelis y ni una vez he tenido que levantarme a por agua. Por no mencionar que he tenido besos y abrazos de sobra, mil y una palabras cariñosas e incluso una larga, apasionada y totalmente desaconsejable debido a mi fiebre tarde de sexo.
¿Una varita mágica en mi mesilla?
No, un chico maravilloso e increíble con el que tengo la suerte de compartir mi vida.
Te quiero, mi Garfield.
Un simple resfriado otoñal, pero me he pasado el fin de semana en cama, viendo películas, drogándome con paracetamol e ibuprofeno y condenando a miles de árboles a muerte gracias a los clinex esparcidos a mi alrededor.
Pero, como compensación... He tenido zumo de naranja recién exprimido cada 4 horas.
He tenido leche calentita con miel cada noche antes de dormir. He disfrutado de un trozo de tarta de chocolate y otro de manzana, a la una y media del mediodía del domingo solo porque lo deseaba. Me han alimentado a base de bocadillos de jamón york y salsa a la pimienta verde, a pesar de tentarme con otros muchos deliciosos platos, porque descubrí lo buenos que estaban el viernes y eran lo único que me apetecía. Así que, en cuanto mi tripa sonaba, tenía dos sandwiches apetitosos en mi mesita de noche. Se han cancelado todas las citas del fin de semana (incluso las que tenían lugar en mi propia casa) para que yo no me incomodara. En mis horas de sueño (unas 16 al día) no se ha oído ni una mosca. Mi piso estaba limpio, mis sábanas suaves y mi ropa, calentita. He elegido yo todas las pelis y ni una vez he tenido que levantarme a por agua. Por no mencionar que he tenido besos y abrazos de sobra, mil y una palabras cariñosas e incluso una larga, apasionada y totalmente desaconsejable debido a mi fiebre tarde de sexo.
¿Una varita mágica en mi mesilla?
No, un chico maravilloso e increíble con el que tengo la suerte de compartir mi vida.
Te quiero, mi Garfield.
4 comentarios:
Por lo general tengo esta gripa, pero carezco del garfield*
besosdulces*
Letras que hacen retazos... retazos que construyen palabras... y así hasta el infinito... Me gusta lo que has escrito.
Es maravillosoooo!QUIERO UN DIA ASI..pero el destino tiene otras cosas para mi,esa es la magia,nunca tener lo que uno desea.será mejor(como a vos) o peor pero la sorpresa es el alimento de los dias.Besos me encanta tu blog
Hay veces que te das aún más cuenta que tienes a un ángel a tú lado. Disfrútalo.
Atte,
Noriako A.
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